miércoles, 13 de agosto de 2008

26 DE JULIO DEL 52

El pobrerío se quedó huérfano
sentado en la vereda, llorando,
llorando con un llanto que viene
de las hilachas más desoladas,
llorando a lágrima viva, en serio,
como lloran los abandonados
que saben bien que no vuelve
el único amor de su vida.
Ya nadie más verá por ellos
y todo será otra vez de trapo
porque su hermosa madre, su madre,
los dejó solos para siempre.

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