miércoles, 13 de agosto de 2008

LA IGUALDAD

Más allá de todas las cosas,
más allá de los sufrimientos
acarreados por tanta barbarie
que ha ensangrentado siempre la historia,
más allá de la indiferencia
por el dolor del cuerpo ajeno
que tantas veces hizo correr
las bestialidades del martirio,
tiene que haber un sitio de paz
en el que nos reconozcamos
hijos de la misma raíz,
criaturas de la misma carencia.

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