Es algo atroz amar a alguien
en un sitio repleto de espinas
y la ilusión cuesta tanta sangre
que parece mentira este asunto.
¿Qué debilidad de los ensueños,
qué carencia brutal de la carne,
puede arrastrar a tanta ignominia
la frágil naturaleza humana?
Postrarse ante un ídolo,
besar la tierra que alguien pisó,
¿no es algo demasiado innoble
para esta raza hecha de soberbia?
jueves, 30 de octubre de 2008
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