lunes, 20 de octubre de 2008

EL TATUAJE

Sobre las rosas inaudibles de la carne
como si fuera un duro tatuaje de fuego
me has grabado tu imagen indestructible
con tanta fuerza que no podré arrancarla
pero tú pasarás, inadvertida y libre,
sobre el rosario de piedra de los días,
sobre el insomnio sin pausa de las noches
hasta que mi dolor consiga decir "basta".
Mientras tanto, qué de lluvias amarillentas
cayendo a pico sobre los paredones,
embarrando los pocos caminos que quedan
para salir con todo el cuerpo al olvido.

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