martes, 28 de octubre de 2008

LA INTEMPERIE

Las puertas del cielo están cerradas
por eso resulta irrisorio
pensar en un repentino ascenso
o en la llegada de un ángel súbito,
no hay contacto entre este barro sucio
y las regiones de la pureza
de manera que la poesía debe
conformarse no más con la mugre,
debe asumir la materia obscena
porque de eso están hechos sus días,
de eso está hecha su carne triste
que cruza tiritando por la intemperie.

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