Te extrañaré en el alba cuando la sombra oscura
llene todo el espacio de los sueños perdidos
y el corazón se quede repleto de amargura
sin percibir ni un golpe fugaz de sus latidos.
Sólo un fantasma errante que cruza con tu nombre
por el aire aterido y se acerca a la ventana
para decir palabras que, si fueron de un hombre,
hoy son sólo una herida por donde el llanto mana.
Y la luz de la aurora jugará en la espesura
de las paredes rotas y las hiedras morenas
pero no ha de volver a mostrarse tan pura
como este amor repleto de sueños y de penas..
Por eso he de sangrar en el alba infinita
la certeza absoluta de la palabra “nunca”
y dejaré en pedazos tanta inocencia escrita,
tanto aroma de flor que se ha quedado trunca.
viernes, 19 de marzo de 2010
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